miércoles, 6 de enero de 2016

Grandes Maestros que hay que recordar


«El Arte Unificará toda la Humanidad. El Arte es uno e indivisible. El Arte es la manifestación de la síntesis universal. El Arte es de todos… Llevad el Arte al pueblo, a quien pertenece. Debemos tener no solo museos, teatros, universidades, bibliotecas, estaciones de tren y hospitales decorados y llenos de belleza, como también las prisiones. Cuando esto ocurra, no necesitaremos más prisiones…

La verdadera paz, la verdadera unidad, es el deseo del corazón humano… [el hombre] quiere amar y abrirse a la realización de la Sublime Belleza. En la superior comprensión de la belleza y la sabiduría todas las divisiones convencionales desaparecen… todos los símbolos de la humanidad tienen el mismo significado, la oración sagrada: Paz y Unidad.»

Nikolai Roerich.

SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA SALUD.

DR. EDWARD BACH.  LIBÉRENSE A USTEDES MISMOS.

1932

 

ES DE PRIMORDIAL IMPORTANCIA QUE EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD SEA CLARAMENTE COMPRENDIDO.  LA SALUD ES NUESTRA HERENCIA, NUESTRO DERECHO. ES LA UNIÓN TOTAL Y ABSOLUTA ENTRE EL ALMA, LA MENTE Y EL CUERPO Y NO ES UN IDEAL DEMASIADO LEJANO NI DIFICIL DE ALCANZAR, POR EL CONTRARIO, ES TAN FÁCIL Y NATURAL QUE HA PASADO DESAPERCIBIDO PARA MUCHOS DE NOSOTROS.

 

TODAS LAS COSAS TERRENALES NO SON MÁS QUE INTERPRETACIONES DE LAS COSAS ESPIRITUALES. LA MÁS PEQUEÑA E INSIGNIFICANTE DE LAS OCURRENCIAS TIENE DETRÁS UN PROPÓSITO DIVINO.

 

CADA UNO DE NOSOTROS TIENE UNA MISIÓN DIVINA EN ESTE MUNDO Y NUESTRAS ALMAS USAN NUESTRAS MENTES Y NUESTROS CUERPOS COMO INSTRUMENTOS PARA LA REALIZACIÓN DE ESTA TAREA; DE ESTA FORMA, CUANDO LOS TRES ESTÁN TRABAJANDO AL UNISONO, EL RESULTADO ES LA SALUD Y LA FELICIDAD PERFECTA.

 

TU ERES EL RESPONSABLE DE TU VIDA CON LAS ELECCIONES QUE HACES EN EL TIEMPO QUE SE TE HA CONCEDIDO.

 

 

HERMAN HESSE

 

"La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún hombre ha llegado a ser él mismo por completo; sin embargo, cada cual aspira a llegar, los unos a ciegas, los otros con más luz, cada cual como puede".

“El que quiere nacer tiene que romper un mundo”.

 

Así como Hesse abandonó el hogar burgués y se convirtió en peregrino del camino espiritual, Sidharta vive todas las experiencias. El encuentro con los samanas del bosque, con el Buda, con la cortesana y el comerciante; las renuncias y los sufrimientos son caminos que debió recorrer para llegar a sí mismo, a la esencia del ser, a la paz del alma después de arriesgar el cuerpo. En “Demian”, “Sidharta” y “El lobo estepario”, el autor señala que el camino hacia el paraíso pasa a través del infierno.

 

 Siddhartha Siendo éste un libro que ya tiene más de setenta años, impresiona su actualidad, su capacidad para interpretar los problemas actuales del hombre, especialmente en esta sociedad en que el ser humano busca otra cosa externa para poder saciar su sed de verdad, el anhelo intrínseco de cada persona por encontrar un motivo de ser, una razón para vivir.

 

 

, Hermann Hesse escribió "Steppen Wolf" (El Lobo Estepario, 1927), especie de acusación contra una época sin cultura, en que los instintos del lobo están próximos al Yo civilizado del hombre. Hesse preconizó, en esta obra, la necesidad de conciliar la naturaleza con el espíritu, de franquear el abismo entre el hombre y el lobo, fusionando la energía primitiva de este último con la espiritualidad del primero, a condición de no dividir al ser humano en dos mitades enemigas.

 

Alcanzar «espíritu y verdad». Para alcanzarlos hay que dedicarse a la meditación, ejercicio psíquico a través del cual la persona individual queda neutralizada y su alma, gracias a la ensimismación, interioriza su participación a la «unidad de la vida».

 

 

Herman Hesse escribió: Como toda floración marchita, y toda juventud
con la edad decae, así florece cada etapa de la vida,
florece cada sabiduría y cada virtud
a su tiempo, y no debe durar eternamente.
El corazón, a cada llamada de la vida,
debe estar presto a la despedida y recomienzo,
para entregarse con valor, sin luto,
a otras nuevas ligazones.
Cada comenzar está lleno de un encanto
que nos protege y nos ayuda a vivir.
Hemos de atravesar alegres espacio tras espacio,
no depender de hogar alguno,
el espíritu del mundo no quiere atarnos ni angostarnos,
quiere levantarnos peldaño tras peldaño, ampliarnos.
Apenas nos aclimatamos a un círculo de vida,
y nos acostumbramos confiadamente, cuando ya amenaza el adormecimiento,
solamente el que está preparado al rompimiento y al viaje puede escapar del paralizador acostumbrarse.
Quizá todavía la hora de la muerte
nos envíe espacios nuevos,
nunca tendrá fin en nosotros la llamada de la vida...
¡Bien, pues, corazón, despiértate y sana!

que para todas las imágenes y los fenómenos del mundo hay en el fondo de tu corazón una respuesta, y que todo te concierne y de todo debes saber cuanto es posible que sepa un ser humano.

 

Aquel que tuviera la llave para ello, no debía solamente reconocer un animal por su rastro, una planta por sus raíces y semillas; debía abarcar el conjunto del universo, las estrellas, los espíritus, los hombres, los animales, las medicinas y los venenos, todo, y por cada parte y cada signo saber de lo restante.

Las tres etapas del crecimiento
Hesse sostenía, junto con otros autores y tradiciones religiosas, que el hombre nace en la inocencia - primera etapa - luego pasa al conocimiento, a los conflictos y a la desesperación - segunda etapa - y puede lograr, pocas veces, una vuelta a la inocencia - tercera etapa - como un estado espiritual y de servicio a la comunidad. Esta inocencia responsable es el logro del ser humano más evolucionado. El cree que sólo los artistas, los filósofos y los santos pueden llegar a esta etapa, luego de un largo camino de desengaño y crisis con el mundo habitual de la cultura y el conocimiento común. Se lograría una superación de los conflictos, unir los opuestos, encarnar y hacer vida los valores más altos de la cultura. La mayoría de las novelas de Hesse suceden en la segunda etapa, en que los personajes toman consciencia de las contradicciones internas y externas, de la lucha permanente, y buscan un camino de salida, lograr su individuación y abrirse paso a una vida espiritual.
Esta visión en tres etapas también se ha llamado Visión Milenaria: al término del milenio la humanidad se redimiría y podría pasar a un mundo espiritual.

En la puerta de su casa habia este letrero:

"Cuando uno es viejo y su trabajo está acabado,
tiene derecho, en la quietud, a trabar amistad con la muerte.
No necesita a los hombres. Los conoce; ya los ha visto bastante.
Lo que necesita es tranquilidad.
No está bien buscar a este hombre, abordarlo,
molestarlo con charla.
Lo correcto es pasar por la puerta de su casa
como si nadie viviera aquí".


 

 

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